Es una raza propia de la Isla de Mallorca que, a pesar de la continua intromisión de razas foráneas sucedida durante los dos últimos siglos, se ha podido mantener diferenciada y mantener el tipo originario que se puede ver todavía hoy en día.
Origen
El caballo mallorquín, está englobado en el grupo de caballos de origen meridional de la península ibérica, de buen tamaño, fuertes y aptos para el trabajo, que dio lugar, entre otras poblaciones, a la raza catalana, hoy ya desaparecida, a la mallorquina ya la menorquina. El contacto de siglos con el otro grupo étnico extendido por el Norte de España, aportó seguramente alguna característica, como pueden ser el color de la capa y el pelaje, propios de estas razas. La actuación afortunada de diferentes grupos aficionados logró no sólo la recuperación de esta raza en un momento muy difícil, sino que, además se definiera el morfotipo oficial a través del Registro Matrícula abierto en Madrid, por la Jefatura de Cria Caballar del Ministerio de Defensa.
Características
Es un animal de carácter tranquilo, fuerte, rústico y muy sobrio. Es de conformación eumétrica, sublongilinio y de perfil fronto-nasal ligeramente convexo. Su silueta es esbelta y el color de su capa es negra. Características más destacadas La cabeza es alargada, seca y descarnada, de tamaño medio tirando a gorda, con las orejas pequeñas, derechas y casi siempre llenas de pelo. Los ojos son oscuros y bien manifiestos por lo marcadas que son las arcadas orbitales. El hocico es ancho y fuerte con las golondrinas poco destacadas. El cuello es corto, aunque profundo no es muy ancho. La melena es abundante y el pelo es fuerte y grueso. Tiene un pecho ancho y el costillar arqueado. La espalda es recta, aunque tiene tendencia a ensillarse con la edad. La grupa es larga e inclinada y, por lo general de musculatura plana. Las extremidades son bien aplomadas, poco musculadas, con trabadores largos y oblicuos, bien dotados de pelo y con las rodillas y garrones fuertes y anchas. Los potones son también anchos y fuertes. La cola es de inserción baja, larga y de pelo largo y fuerte. El color del pelo es el negro, en todas sus variantes, lo que le da un aspecto elegante y serio. Se aceptan pequeñas manchas blancas en la cara en forma de cometa o cordón.
Datos generales
La entrada de razas foráneas en la isla de Mallorca desde mitad del siglo XIX hasta buena parte del siglo XX ocasionó a partir del primer tercio de siglo, la progresiva desaparición de los yeguazos de raza mallorquina, lo que acompañado de la sustitución de la tracción animal por la mecánica, motivó por vía indirecta una despreocupación total por el mantenimiento de esta raza en pureza. La consecución del Registro - Matrícula de la Raza Mallorquina, en 1988, acompañada del esfuerzo de muy diversas instituciones y personas marcó un hito decisivo por esta raza. El censo de animales registrados, en septiembre de 2002, supera los 150 cabezas.
La funcionalidad de esta raza, que había sido siempre de trabajo y de producción mulatera, ha pasado en los últimos años a una orientación de cría en pureza por la práctica de la equitación. Dada su armonía de formas, la elegancia del color negro de pelo y el ser un animal dócil y tranquilo, el caballo de raza mallorquina tiene hoy en día una elevada cotización en el mercado, lo que hace prever su estabilidad como raza, no sólo merecedora de conservar porque es nuestra, sino por la importancia que su genética significa.